SKAY: Viajero trotamundos, la circunstancia le permitió a Skay Beilinson ser testigo privilegiado de los disturbios de Mayo del 68, cuando los estudiantes de París salieron a la calle bajo la consigna "La imaginación al poder". Ese contexto revolucionario marcó indeleblemente al joven platense que volvió a su pago munido de una guitarra Grestch, un amplificador Marshall, un pedal de distorsión y uno de wah- wah, además de una bocha de ideas nuevas que empezó a llevar a la práctica. Primero incorporándose a la banda Diplodocum Red & Brown ( aunque tocando el bajo ) y luego relacionándose con los integrantes de otra banda, La Cofradía de la Flor Solar. Justamente, en 1969, ambas agrupaciones producen un recital conjunto en el Teatro Opera de La Plata y Skay conoce a una estudiante de teatro Poli Castro, más conocida de ahí en más como la "Negra" Poli. Paralelamente a su desempeño en los Diplodocum, el larguirucho músico conforma un trío acústico con los cofrades Morci Requena y Kubero Díaz y también mete coros en el único disco de La Cofradía para el sello Microfón. Posteriormente, la intención vanguardista del grupo los llevó a una experiencia de vida comunitaria, que arrancó en su ciudad y se mudó luego a Sierra de la Ventana. Tras su disolución, Skay y Poli se instalaron en una casa en Tolosa, que sirvió de punto de encuentro para que Guillermo y el Indio empezaran a trabajar en una película: Ciclo de Cielo sobre Viento, título tomado del I Ching. Cuando por intermedio de su hermano, Skay conoció al futuro cantante de Los Redondos, la dupla se largó a componer los primeros temas ( Mariposa Pontiac, Un tal Brigitte Bardot, Perro dinamita, Maldición va a ser un día hermoso) en un sótano de La Plata. Corría 1976 y era tiempo de otros perros, los homicidas...
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